El intercambio entre España y Japón ha sido patente a lo largo de la historia: primero a modo de transacción comercial, bien a través de misiones religiosas y más tarde a través del arte. La que fue una de las potencias económicas más poderosas del mundo, en plena crisis, vuelve a penetrar en el mundo a través de un poder blando.
El arte contemporáneo, la gastronomía, el anime o el manga, la música... Japón penetra en nuestra sociedad generando un cada vez más importante intercambio apoyado por las nuevas tecnologías. Al igual que los artistas impresionistas generaron un nuevo movimiento denominado Japonismo, asistimos actualmente a un denominado Neojaponismo.
Al igual que España no es sólo flamenco, Japón no es sólo sushi, la cultura entendida como intercambio cultural es un componente fundamental en la formación de las personas como habitantes de un mundo global.
Teresa Pérez Contreras
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